domingo, 3 de febrero de 2008

Cromagnon y la impunidad santafesina-Tercermundonline

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Cromagnón y la impunidad santafesina
Por Oscar Belbey- La destitución de Ibarra y su correlato en nuestra provincia es la muestra de que si Ibarra hubiese sido juzgado en Santa Fe, seguramente hubiera seguido siendo intendente. La impunidad que genera en nuestra provincia el hecho de que un partido político pueda cooptar todos los entes de control, la justicia, defensorías, tribunales de cuentas, gremios estatales más importantes, legislatura, empresas del estado, va en el camino inverso de la transparencia en la gestión, la rectitud y la ecuanimidad.
La trágica historia de Cromagnón tuvo un trascendente desenlace, la caída del Intendente de la ciudad más importante de nuestro país.
Hechos previos y posteriores hacían valer sus argumentaciones. Válidas en sumayoría, a favor y en contra de la responsabilidad política del mandatario.
Algunos manifestaron que era un voto a conciencia, otros que era un votopolítico, que las pruebas no eran suficientes, que se había instalado unshow. La defensa y el involucrado, que era un golpe institucional, cuestiónque no comparto, por ello manifiesto que las herramientas para el juicioeran constitucionales.
Tal vez alguna vieja simpatía por Ibarra, militamos juntos en el Frepaso, osu triunfo contra la derecha-conservadora que siempre denosté, representadapor Macri. Imaginaba que no era justo hacer caer un intendente por los actosde corrupción o negligencia de sus subordinados, y que esa responsabilidaddebía juzgarse en las elecciones con el voto de la gente.
Obviamente, análisis superficiales, dado mi lejano conocimiento de loshechos a partir de lectura de medios, generalmente subjetivos e interesadosunos en argüir en defensa del funcionario-aliado presidencial, otrostratando de utilizar políticamente una fatalidad que se llevó casi 200jóvenes. Pocos medios con opiniones independientes del conflicto.
El terrible dolor de los padres al saber de sus hijos muertos al serpartícipes de un recital, de su favorito y contestatario grupo derock-social, los magníficos Callejeros, tampoco habilitaba para pedir sangre o venganza.
Pero algunos elementos, que manifestó Elisa Carrió en los días posteriores, puedenayudar a comprender la responsabilidad política del “lord” capitalino. Yestas son las cadenas de “recaudación” política que se habían generado,dando mucho margen para los controles lábiles, las supervisiones amistosas,las miradas para el costado a quienes contribuían a una “caja” política. Esedébito, si así lo fuera, le asigna un elemento de peso sustancial a lasobligaciones de quien se encuentra en la cúspide de la pirámide de mandosburocráticos, dado que su responsabilidad sería directa.
Tal vez en esta provincia con decir “nadie me avisó” sería suficiente paraevitar cualquier atisbo de juzgamiento político. Aún cuando hemos sufridouna terrible inundación por desidias y negligencia, en nuestros propioshogares y murieron nuestros propios vecinos. O quizás hechos que escapan ala jurisdicción del poder provincial, como que el Consejo de la Magistraturanacional pudiera juzgar y destituir a un juez, como Fariz, de quién a la hora desu caída, nadie quiso hacerse cargo.
Estos graves hechos acaecidos en la capital nacional, marcan a la democracia. Algunos dirán que fueronfelices, dado que se pudo juzgar y destituir a quien podía haber defraudadoel apoyo popular, y las herramientas utilizadas fueron legales y legítimas.Otros dirán que fue una caza de brujas sin pruebas. Cada uno sacará susconclusiones.
El aprendizaje que nos deja para nuestra provincia es importante. Recuerdo,por haber sido como concejal, firmante imprescindible, con mi voto junto ala oposición, cuando en Santa Fe habilitamos desde el Concejo Municipal, eljuicio político del ex intendente Carlos Aurelio Martínez. Las pruebas decorrupción eran múltiples, del tipo mas variado y comprobado. Sin embargoquienes votamos contra la corrupción fuimos amenazados, se nos acusó de“sacar los pies del plato”, “no respetar los códigos internos” o que “elafectado era un compañero”, en ese entonces de mi ex Partido Justicialista.Fue evidente que uno priorizó su código de honestidad, antes que elverticalismo que encubría la corruptela. Y creo que ésta es unaaleccionadora e importante enseñanza que nos deja este episodio capitalino.Creo que una decisión de esta naturaleza debe ser colectiva, pero ningúnrepresentante partidario puede ir contra los principios éticos rectores porlos cuales participamos activamente en política.
Pero lo más significativo que nos dejó a mi entender, es que laimpunidad que genera en nuestra provincia, el hecho de que un partidopolítico pueda cooptar todos los entes de control, la justicia, defensorías,tribunales de cuentas, gremios estatales mas importantes, legislatura,empresas del estado, va en el camino inverso de la transparencia en lagestión, la rectitud y la ecuanimidad.
Este hecho nos brinda la moraleja, que si Ibarra hubiese sido juzgado enSanta Fe, seguramente hubiera seguido siendo intendente.
Oscar BelbeySecretario de Formación PolíticaARI Provincia de Santa Fe

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