domingo, 3 de febrero de 2008

Educar sin discriminación-Revista El Urbano

EDUCAR SIN DISCRIMINACIÓN

La historia universal está colmada de sucesos discriminatorios. La gestación de estereotipos y pautas culturales hegemónicas, han generado y fomentado paradigmas, por los cuales gran parte de la población ha sido marginada, cultural, social y económicamente.
El racismo, la xenofobia, la pobreza, los fundamentalismos, las conquistas imperiales, han sido precursores de variadas formas de segregación.
Las pretensiones hegemónicas de lideres militares, religiosos o políticos, que han utilizado diversas causas para generar grandes masacres, eliminación del vencido, del diferente, para instaurar visiones uniformes, en detrimento de minorías, o en otros casos aún, de grandes mayorías, como las mujeres, que han sido separadas del poder por siglos.
La intencionalidad de la Revolución Francesa, de haber instaurado el “contrato social”, libertad, igualdad y fraternidad, inició un proceso de acercamiento a una sociedad mas justa, pero el capitalismo salvaje ha posibilitado el crecimiento de la ideología del ser superior, del inmigrante esclavo, del pobre y del chico de la calle sospechoso de delincuente, cuando ha sido el mismo sistema injusto quien no se hace cargo de la impunidad con que se excluye y se discrimina a grandes sectores de la población, para que unos pocos tengan acceso a todos los privilegios.
Se instala la prevalencia en las imágenes, del hombre-mujer blanco, rubio, instruido, con importantes ingresos económicos, sin discapacidades, partícipe de la etnia y la religión dominante; esto ha generado “jerarquías sociales” que facilitan y legitiman diferencias económicas, culturales, y variadas formas de intolerancia; muchas veces argumentados con fundamentalismos irracionales, pero con una sólida ideología de dominación, para subordinar su accionar y limitar sus posibilidades de desarrollo. En esta tarea cumplen una función estelar de disciplinamiento social, los llamados AIE(aparatos ideológicos del Estado-Althusser), es decir las instituciones de la democracia, que se encargan de formar en el individuo hábitos, normas, reglas, creencias, sentido de pertenencia, afiliación, gustos, preferencias, que serán básicas en la formación de la sociedad.
En esta etapa de la modernidad y el pensamiento único, también persisten otras causales, que se han incorporado como los derechos humanos y sociales conculcados, la persecución de homosexuales, etnias, indígenas e inmigrantes, la intolerancia religiosa, la falta de acceso a la educación, la corrupción y la impunidad.
En nuestro país, desde el terrorismo de Estado a partir de 1976, que generó un genocidio de los adversarios ideológicos, hasta los aparentemente minúsculos, pero diarios prejuicios, desprecios, indiferencia, xenofobia. ortodoxias o fanatismos variados, que son caldo de cultivo para evitar la libre expresión o facilitar conductas violentas.
Solamente una educación con equidad, basada en una democracia que brinde igualdad de oportunidades, igualdad jurídica, políticas públicas accesibles, modelos sociales abiertos y horizontales, evitando los disciplinamientos sociales. Mediante un Estado que rompa con los compartimentos conservadores patriarcales y jerárquicos, buscando actitudes y un lenguaje que no reproduzca la cultura de la resignación. ni reprimir la rebeldía o la transgresión a las normas del sistema, mucho menos eliminar o recluir al que piensa o actúa distinto al sujeto sumiso y consumista, que necesita el poder, para seguir haciendo grandes negocios, incrementando la brecha entre ricos y pobres.
En definitiva. La escuela y los formadores-docentes, deben evitar la reproducción de una simbología de dependencia, y generar pensamiento crítico al modelo hegemónico, espíritu libertario, conductas éticas y creativas, y un sistema educativo solidario para crecer en la diversidad y con equidad.

Oscar Belbey
Ex coordinador provincial INADI
oscarbelbey@gigared.com
Publicado en Revista El Urbano

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